Americana
Te diré que me perdí en tu ojos tristes, que hay días que extraño tu voz y la lluvia de mayo, que la punta afilada del marfil ya no escribe, solo sueña tu dulce mirar.
Soñe que caminaba por la americana, respirando la antigua ciudad. Donde nos descubrimos grises y logramos pintar arcoíris en las nubes. Había charcos en las calles que nos miraban la piel rebosante de felicidad.
Te soñe, con tu saco de pirata y el corcel blanco que tanto te gustaba. Las farolas encendidas, las fuentes divinas, eran caravanas añadidas.
Desperté en penumbra, y si lees este sueño verás que ya no escribe la punta afilada, que me faltan sueños y me sobra vida.
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