El mito del origen de las personas
" Dentro de los mitos aztecas se encuentra la creencia del origen de las personas bajo una interacción entre Quetzalcóatl y Mictlantecuhtli.
La siguiente versión proviene de la leyenda de los soles (Histoire du Mechique).
Los dioses deciden remodelar el mundo, La Tierra necesita ser repoblada. Se cree que el dios del viento, Quetzalcóatl debe ir al inframundo a recuperar los huesos humanos de la última creación, la raza convertida en peces por la inundación.
El inframundo es un lugar peligroso, conocido como Mictlán, que es gobernado por el astuto esquelético dios Mictlantecuhtli (De los muertos) o señor de Mictlán (Ciudad de los muertos).
Una vez en el inframundo, Quetzalcóatl pregunta a Mictlantecuhtli y a su esposa por los dioses de los ancestros.
El sagaz dios de la muerte (Mictlantecuhtli) acuerda darle los huesos a Quetzalcóatl si este puede terminar por completo una prueba aparentemente simple.
El dios le dice a Quetzalcóatl que viaje a través de su reino cuatro veces, mientras suena una concha como trompeta.
Sin embargo, en vez de la trompeta de concha, Mictlantecuhtli le da una simple concha sin hoyos.
Para Quetzalcóatl astutamente, le llama a los gusanos para perforar la concha y hacerle hoyos y a las abejas para que se metan y hagan a la trompeta rugir. (Como un muestra de su poder sobre el viento y la vida, por ello Quetzalcóatl es comúnmente representado usando en su pecho la concha cortada, como una joya de viento).
Al escuchar el soplo de la concha, Mictlantecuhtli permite en primera instancia que se lleve los huesos de la última creación, pero rápidamente cambia de opinión.
No obstante, Quetzalcóatl es más astuto que Mictlantecuhtli y sus secuaces y escapa con los huesos.
El ya enojado Mictlantecuhtli, ordena a sus seguidores que caven un pozo profundo. Mientras Quetzalcóatl corre, una codorniz le sobresalta causándole que tropiece en el hoyo. Cae al pozo muerto y es atormentado por el animal; los huesos fueron dispersos y La codorniz comienza a roer los huesos.
A pesar de la caída, Quetzalcóatl eventualmente revive y recupera los huesos ya rotos.
Es por esa razón que la gente hoy en día es de diferentes tamaños.
Una vez que escapa del inframundo, Quetzalcóatl lleva la preciosa carga a Tamoanchan, lugar de milagroso origen.
Ahí mismo la antigua diosa Cihuacoatl, o Diosa Mujer Serpiente, pulveriza los huesos hasta tener una harina como la comestible la cual coloca en un recipiente especial de cerámica.
Los dioses se reúnen alrededor de esta vasija y dejan caer gotas de sangre.
Es entonces que de los huesos molidos y las gotas de los dioses la actual raza de humanos nace..."
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